El 13 de noviembre de este año 2023 se cerró el ciclo vital de un personaje que en contadas ocasiones obsequia la vida a la humanidad. El doctor Ferenç Katona nació en Budapest, Hungría, el 25 de septiembre de 1925. Dio no solo a su siglo, sino a la transición hacia el tercer milenio, lo que la medicina moderna requería, los elementos básicos para comprender la estructura más compleja del humano, el cerebro en proceso de desarrollo, pero un cerebro en cuya evolución y desarrollo tiene que remontar las condiciones biológicas y sociales que lo afectan, que culminan con el daño neurológico perinatal, cuyas consecuencias conducen a una de las condiciones de la humanidad de mayor trascendencia, la discapacidad.
Su paso por la vida sentó las bases para su prevención. La prevención de la discapacidad ahora se vislumbra como una nueva realidad en el ámbito de la salud y la enfermedad. Recordar su trayectoria en la vida se constituye un ejemplo, como una enseñanza para las generaciones actuales y por venir en el campo de la ciencia y de las humanidades. Aportó ideas fundamentales para comprender la evolución del cerebro humano, el papel de la cultura como una fuerza vital para una evolución cuya velocidad en pocos millones de años se desprendió de las leyes de la cronología biológica. Un cerebro que solo puede comprenderse dentro de un cuerpo que se desenvuelve en un contexto social. La prevención de la discapacidad por daño neurológico es el elemento central para la integración social de los recién nacidos con daño neurológico por causas diversas. Este fue su proyecto de vida al que aplicó toda su energía, generar conocimientos para resolver problemas de la humanidad, como las enfermedades del cerebro, especialmente las de los recién nacidos, que se conocen y atienden a partir de la segunda mitad del siglo XX, dado que antes los portadores morían (figura 1).1-4
Figura 1. Libro de neurología neonatal escrito en lengua húngara. A la izquierda, en la portada, se representa una maniobra llamada “sentado en el aire”. Mediante la estimulación vestibular se produce la verticalización del neonato. A la derecha se observan otras maniobras que ilustran “los movimientos elementales complejos” del recién nacido, como el gateo y la locomoción, que prefiguran el desarrollo del lactante durante los siguientes dos años.
Nada sabemos de su infancia. Realizó sus estudios básicos en su ciudad natal, interrumpidos durante la Segunda Guerra Mundial, al final de la cual fue deportado a Alemania por el ejército nazi. Regresó a Budapest y en 1948 obtuvo el grado de Maestría en Ciencias en el Instituto Municipal de Psicología, y en 1954 el grado de Medicina por la Semmelweis University of Medical de Budapest. En 1960 la Academia Húngara de Ciencias le otorgó el grado de Ph. D. y en 1990 el de Doctor en Ciencias (Sc. D.). En 1959 obtuvo la certificación de cirugía, en 1962 la de neurocirujano y en 1987 la de fisiatría y rehabilitación. Tuvo una formación interdisciplinaria, ya que también cursó estudios de biología y de antropología. Fue asociado científico en el Departamento de Medicina y Biología de la Academia Húngara de Ciencias de Budapest, asociado clínico y científico del Instituto de Neurocirugía e investigador asociado del Departamento de Fisiología de la Albert Einstein University de Nueva York. Asimismo, para investigar el funcionamiento cerebral trabajó en acuarios en Italia y Australia, con objeto de estudiar las medusas y otros celenterados, así como en zoológicos, en donde observó la conducta de los primates en estadios tempranos a fin de compararla con el desarrollo humano y generar teorías importantes.
Además de sus conocimientos, que influyeron en la modernización del diagnóstico y el tratamiento temprano de la encefalopatía del recién nacido y del niño, fundó la disciplina de neurourología, pues fue pionero en el tratamiento –con base científica– de las disfunciones urinarias de naturaleza neurológica de casos con malformaciones de la columna vertebral y de la médula espinal.5-7
Fue profesor e investigador de temas relacionados con la anatomía, neuroanatomía, fisiología, neurofisiología y neurocirugía, en Hungría y en Estados Unidos de Norteamérica (Mount Sinai Medical Center y Albert Einstein University de Nueva York). También fue profesor y director del Department of Developmental Neurology of Developmental and Neurohabilitation del Pediatric Institute Svábhegy, Budapest. De igual modo, tuvo responsabilidades académicas como la presidencia de sociedades de neurología pediátrica, rehabilitación, neurocirugía y psiquiatría pediátricas. Entre ellas, Chairman of the National Research Project on Normal and Abnormal Ontogenesis of the Human y del Austro-Hungarian Mutual Research Project on The Developmental of the Innervation of Visceral Organs in the Human; miembro del Presidium del Scientific Council of the International Institute for Research and Prevention of Mental Deficiency (IAMER) y de la International Federation of Spina Bifida and Hydrocephalus, y de la International Society for Developmental Neuroscience. Recibió numerosas distinciones de las disciplinas que cultivó. El 9 de septiembre de 2005 en la Academia de Ciencias de Hungría se celebró una sesión solemne por el 80 aniversario de su nacimiento, y se publicó un número especial de la revista húngara Clinical Neuroscience, para el cual se aceptó una colaboración del grupo de investigación de la Universidad Autónoma Metropolitana (figuras 2-4).8 Fue nombrado Doctor Honoris Causa por la mencionada institución universitaria (UAM) en el año 2005 (figura 5).
Figura 2. Se muestra un área de la sede de la Academia de Ciencias de Hungría. En la parte central el doctor Katona está dictando una conferencia magistral invitada a su celebración de 80 aniversario de su nacimiento.
Figura 3. El Dr. Katona con su esposa y colaboradora, Dra. Marianne Berenyi.
Figura 4. En la Academia de Ciencias el Dr. Katona con la investigadora de la UAM, Dra. Carmen Sánchez, también participante en el evento académico.
Figura 5. El Dr. Katona en la ceremonia de nombramiento Doctor Honoris Causa por la Universidad Autónoma Metropolitana, en compañía de profesores de la Maestría en Rehabilitación Neurológica. De izquierda a derecha: Dra. Patricia Muñoz Ledo, Mtra. Rosa María Nájera, Dr. Ferenç Katona y Dra. Carmen Sánchez.
La vinculación con la UAM se inició en 1984 con la mediación del Dr. Joaquín Cravioto, con quien había compartido actividades de la mencionada IAMER, cuando investigadores mexicanos visitaron el Departamento de Neurología del Desarrollo y Neurohabilitación del Instituto Svábhegy de Budapest (figura 6). En 1996 la relación se hizo más cercana con la participación de los investigadores de la UAM en el Simposio sobre Rehabilitación Pediátrica, satélite al Congreso Internacional de la Sociedad Internacional de Neurología Pediátrica. En 1998 se firmó un convenio entre la UAM y el Instituto Svábhegy de Budapest, avalado por el Instituto Mexicano de Cooperación Internacional de la Secretaría de Relaciones Exteriores (México) y por la Academia de Ciencias de Hungría, por medio del Hungarian-Mexican Intergovernmental S&T Cooperation Program, en el área de medicina. La finalidad de este acuerdo fue llevar a cabo estudios mutuos sobre los factores etiológicos del daño cerebral perinatal, defectos sensoriales, parálisis cerebral y deficiencia mental. Además, se realizaría investigación sobre el diagnóstico objetivo y el tratamiento temprano de las lesiones señaladas. En virtud del convenio, cada año se tuvo un intercambio académico entre México y Hungría de dos profesores por cada institución, con una estancia de un mes (figura 7).
Figura 6. Department of Developmental Neurology and Neurohabilitation del Pediatric Institute Svábhegy, Budapest, fundado en 1975.
Figura 7. El Dr. Katona en su oficina trabajando con colaboradores. En primer plano figura la Dra. Carmen Sánchez, de la UAM.
Algunas de las actividades desarrolladas fueron seminarios sobre neurofisiología de un sistema diseñado por el Dr. Katona denominado Movimientos elementales complejos del humano; demostración y discusión sobre el diagnóstico y la terapia de las lesiones motoras del neonato y del lactante y diagnóstico diferencial de la disfagia neurogénica y su electroterapia (figura 8).
Figura 8. Se ilustran maniobras de estimulación eléctrica para rehabilitar la deglución de un lactante. En el recuadro izquierdo, se observa el paso del electrodo estimulador hacia la faringe, por la vía nasal; y en el derecho, el electrodo pasa por la cavidad oral hacia la faringe. Se envían pulsos de estimulación para reinervar las vías aferentes, es decir, sensoriales.
Otras actividades fueron la demostración de los métodos de neurología, en las que el Dr. Katona y su colaboradora, la Dra. Marienne Berenyi y profesores húngaros, son pioneros; demostración clínica de la terapia de rehabilitación de lesiones neurológicas perinatales con el método Katona; demostración y discusión de los procedimientos diagnósticos y terapéuticos diseñados por los investigadores de la UAM en el Laboratorio del Seguimiento de Neurodesarrollo UAM/Instituto Nacional de Pediatría, actualmente Centro de Investigación del Neurodesarrollo (INP/UAM); así como la revisión de la videoteca del laboratorio, que a la fecha cuenta con cerca de 10 mil videos, para analizar entre países las diferencias etnográficas de la conducta temprana de los lactantes y de la relación madre e hijo.
También se discutió y escribió la versión final del proyecto de investigación de la UAM Movimientos elementales complejos en el neonato y su relación con el desarrollo de comportamientos motores de acuerdo con diferentes patrones de crianza que se culminó con la publicación de un manual9 (figura 9).
Figura 9. Imágenes del libro Movimientos elementales complejos editado en la UAM. En el recuadro izquierdo se observa la portada; y en el derecho, diversas maniobras del método.
El Dr. Katona puso a disposición del grupo mexicano un sistema experto pionero, el Sistema Experto (NES, KAS) Neurodevelopmental expert system, que fue traducido, entrenado y modificado para las necesidades de la población mexicana. Contiene la historia clínica completa de los infantes para recoger datos de los antecedentes de riesgo de los menores y datos neurológicos, además de que con esta herramienta fue posible seguir la evolución de los niños para observar si presentan o no secuelas en el desarrollo. Se empleó durante 10 años, hasta la organización del expediente digital del Instituto Nacional de Pediatría.
No solo en el campo médico tuvo una actividad de enorme trascendencia, sino que es uno de los pilares de la neurología del desarrollo en el ámbito mundial. Ha destacado también en otros campos de la ciencia, pues como biólogo trabajó en la conducta temprana de especies animales y del humano; hizo estudios en el campo de la filogenia de la marcha y la bipedestación y efectuó algunas investigaciones sobre antropología médica.10
Su producción académica fue muy grande e incluye artículos, capítulos de libros y revistas, conferencias y ponencias en reuniones internacionales, pues fue profesor invitado en países europeos y del continente americano, al igual que de Australia, Nueva Zelanda y China. La interacción con México, de manera especial con la Maestría en Rehabilitación Neurológica de la Unidad Xochimilco de la UAM, tuvo dos vertientes, por una parte la integración de sus métodos, producto de años de investigación para el diagnóstico y el tratamiento del daño neurológico perinatal, desde el año de 1984, incluyendo productos académicos, tesis de maestría y presentaciones en eventos académicos y, por otra parte, la visibilidad y proyección de la maestría, tanto por publicaciones, como por diversas participaciones en simposios, difundiendo la experiencia del programa en el manejo del neurodesarrollo, la intervención en casos con catarata congénita y aún en otros campos del conocimiento como la medicina darwiniana con base evolucionista.11 En relación con las actividades hechas en Hungría, uno de los profesores de la UAM recibió la distinción del nombramiento de miembro honorífico de la Sociedad Húngara de Medicina de Rehabilitación.
Por mediación de la maestría también influyó en las actividades del grupo de neurofisiología del Instituto de Neurobiología de la UNAM con sede en Juriquilla, Querétaro, bajo la dirección de la Dra. Thalía Harmony y de la operación de programas de intervención temprana del DIF, en sus centros de rehabilitación Emiliano Zapata e Iztapalapa.
Las cualidades personales que propiciaron su impacto para la medicina moderna en el ámbito mundial incluyen el profundo respeto por su trabajo y su campo de estudio al igual que un sentido de rectitud y de honestidad inalterables, ser profundamente humano, sensible, bondadoso, sabio, amigo y maestro, compañero y profesionista de excelente calidad. Siempre supo sonreír e infundir aliento entre sus alumnos, amigos y compañeros. Los profesionistas como el Dr. Katona son constructores del templo del saber en general y del saber médico en particular. Su formación en diversas disciplinas le permitió consolidar propuestas innovadoras, como las ya mencionadas, y crear escuela de proyección al futuro. Una parte importante de su trayectoria transcurrió en un país socialista, pero esto no le impidió ser a la vez ciudadano del mundo. Rescatando la experiencia de los médicos que le precedieron contribuyó a la modernización de la atención neonatal y la rehabilitación, y su práctica no se ha restringido a su país natal. El caso mexicano es especialmente relevante.
Enseñó otra clase de abordaje a los problemas, es decir, el abordaje académico, relativo a nuevos y diversos problemas y enfermedades. Enfatizó la enseñanza dinámica de la embriología, la anatomía quirúrgica, la fisiopatología. Enseñó nuevos enfoques diagnósticos y terapéuticos sobre enfermedades como las hemorragias cerebrales del prematuro, el daño cerebral por asfixia de los niños nacidos a término y las malformaciones congénitas como el meningomielocele, mediante la consolidación de la teoría de “Los movimientos complejos del humano” y su aplicación práctica para el diagnóstico temprano y el tratamiento de las lesiones cerebrales neonatales.
Donde quiera que estuvo le sacó jugo a la vida: no es motivo de orgullo que el profesor Katona conociera la arqueología maya y zapoteca mejor que muchos mexicanos. Amó a México como a su propio país. Aprendió la lengua castellana para tener una mejor comprensión de nuestra cultura.
Las personas no mueren mientras se mantiene vivo su recuerdo y permanece su herencia intelectual, y ese es el caso del doctor y profesor Ferenç Katona.